ATENCIÓN: Mis reflexiones son tan atropelladas como lo soy yo cuando cuento algo. ji

domingo, 24 de febrero de 2008

Por que?



A escasos centímetros, conversando cerquita. Teníamos, después de tiempo, una de esas conversaciones que solemos tener, donde todo el argumento que había elaborado para justificar mi actitud era echado por tierra por tu genialidad, donde sentía que desnudabas mi alma y evidenciabas la dura realidad, esa realidad que me estaba negando a ver.
Te miraba y escuchaba atentamente, me sentía hipnotizada por ti, era el momento perfecto, la conversación perfecta, el clima perfecto para que me acercara y me dejara ser. Pero habíamos metido a tantas personas en nuestra conversación, tantas experiencias vividas, y que actualmente estábamos viviendo, que me puse a pensar en todas las posibles combinaciones para que todo saliera mal, y me decidí a no dar ningún paso.
Tú estás saliendo con alguien, lo sé, y yo no estoy muy segura de donde me encuentro, lo sabes.
He pensado en todo lo que me dijiste, créeme, aun lo sigo haciendo. Esa necesidad mía de tenerlo todo procesado no me está llevando por un buen camino. Es cierto que algunas veces he podido lanzarme a la pileta sin saber si estaba llena, pero siempre he calculado cuánto daño podría hacer en mí si es que la encontraba vacía, dependiendo del resultado de la suma de factores decidía si lo hacía o no. A pesar de parecer muy decidida e impulsiva, no hay nada que no haya pasado por una evaluación previa.
Ahora puedo decir que me arrepiento, y lo siento así porque te estoy perdiendo. Sabes que no quiero tener una relación, ni tu ni yo estamos preparados aún para eso, mucho pasado cargamos aún en nuestras espaldas. Pero me pregunto si el no actuar, si el no lanzarme a decirte que es lo que yo siento ha hecho que nos alejemos, o si son esos factores externos que lo están haciendo.
Ya sé lo que me vas a decir, nuevamente estoy haciendo sumas y restas, análisis tras análisis, que por qué necesito tenerlo todo bajo control y por qué no dejo de pensar tanto, y el por qué de esa incapacidad mía para relajarme. Pero es que entiéndeme, es complicado para mí, a todos nos duele el dolor, nos da miedo lo incierto. Seguro me dirás algo, genial como siempre, como si supieras exactamente de lo que estoy hecha, y me daré cuenta que estoy llena de miedos, de inseguridades que aún no resuelvo o que me estoy haciendo bolas por las puras.
Y es por eso que temo perderte. Porque eres capaz de despojarme de mis argumentos y de que no me sienta amenazada, porque eres capaz de hacerme ver muchas cosas y que no tema enfrentarlas. A veces, justo después de que te vas, deseo que las enfrentes conmigo.
Así, pasaron muchas horas entre risas y meditaciones. Si algo tengo que decir a mi favor es que no me arrepiento de nada de lo que hemos vivido, pero siempre estoy pensando en el “que hubiera sido si... “
Ya, está bien!!! Voy a relajarme y dejar de hacerme bolas por cosas que no controlo. Ya entendí! Entonces me queda decir que espero que estas conversaciones se repitan más seguido y que, como siempre, me ayudes a seguir conociéndome.

1 comentario:

Anónimo dijo...

eres tan bonita, que me haces feliz al solo verte, tu pelo arregladito, tu naricita, ese pelito, tan peinadito, que dulce ser eres.
esa sonrisa que parece una cereza, mereces lo mejor bombocito.