ATENCIÓN: Mis reflexiones son tan atropelladas como lo soy yo cuando cuento algo. ji

lunes, 27 de octubre de 2008

Nostalgia lírica

Hace años me dedicaba a escribir poesías. En un cuaderno anillado las fui acumulando, hasta que un buen día el cuaderno se llenó de polvo y se volvió viejo, lo dejé olvidado en algún lugar del cuarto y allí permanece mirándome y yo ignorándolo.
El cumpleaños de mi tía Mery fue el 19 de octubre y fuimos toda la familia a almorzar. Yo víctima de una condritis costal me costaba pasarla bien, pues cada risa me traía un dolor inmenso. En un momento en el que hicimos un poco de silencio, mi primo se levantó y empezó a recitar un poema. Mientras lo escuchaba, una nostalgia muy grande se apoderó de mí, quizás por el contenido triste pero real del poema o quizás porque dejé de lado mi lado lírico y lo sepulté en el recuerdo.
Sin más les dejo "Elegía para mí y para ti" de José Ángel Buesa, prometiendo volver a mi cuaderno, por lo menos, para darle una ojeada.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente de mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,
y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizá, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.

Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré quizá: "Qué linda es todavía."
Tú quizá pensarás: "Se está poniendo viejo"
Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo o con otra.
o tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos....

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando;
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Yo ya te habré olvidado definitivamente
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
(Y quizá, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.

Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos para siempre cruzadas sobre el pecho.
Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.
Y cada primavera renacerán las rosa,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.


viernes, 10 de octubre de 2008

A mí con webadas!! jum!

Las incomodidades post chote o rebote siempre me han parecido reverendas cojudeces, tanto para cuando una es la que rebota como para el que es rebotado por una (jajaja). Debe ser por ese mismo modo de ver las cosas que no me hago paltas de ser amiga de mis ex enamorados y me sorprende cuando ellos no pueden retomar una sana relación conmigo luego.
Mi capacidad de separar mis sentimientos en distintos ámbitos de mi vida suele sorprender a la mayoría. Pero tuve por fuerza que aprender a hacerlo, con el tiempo dejé de ser tan apegada a mi lado sentimental y a dejarlo de ladito cuando hay que hacerlo. Puedo poner como ejemplo los años que pasé administrando-gerenciando-trabajando en una de las alas de mi empresa familiar, donde tenía que enfrentar a mi madre-jefa, a mi padre-jefe y a mis hermanas-socias. Tuve que hacerlo de la manera más profesional y luego dejar las cóleras en el horario de oficina para pasarlo de la puta madre con ellos después.
También me pasa que suelo valorar mucho la sinceridad de alguien que me dice de frente que no pasa nada conmigo y darle un nuevo brillo a nuestra amistad pasada la conversación. Pero a veces siento que las personas no pueden retomar la amistad con la misma simplicidad con la cual yo sí lo hago. No es que la persona no me importe o no me haya importado, tampoco es que mágicamente el gusto desapareció, pasa que sé qué puedo esperar y ello me permite dejar de lado lo que siento o ir transformándolo en algo que sí puedo manejar y afrontar. Siempre me ha parecido una idiotez perder a un amigo por un gusto, por un crush. Aunque ciertamente he dejado en el camino a muchos amigos por menores cosas, radical soy, medianamente orgullosa, pero carajo! Comprometida con mis relaciones siempre he sido. Eso sí, si pego la media vuelta es porque luego no me arrepentiré de hacerlo, porque ya lo pensé y no me importa.
Lo que me jode de esas actitudes es que son señal de los siguientes discursos: 1. (léase en tono de Johnny Bravo) “Soy un egocéntrico y sé que después del chote, mamita rica, no vas a poder vivir sin mí”; y 2. (léase en el tono que le dé la gana, jajaja) “Me alejo porque puedes seguir confundiendo las cosas”.
Y es este segundo discurso el que me revienta más -el primero significa que te equivocaste y te enamoraste de un reverendo huevón- porque no soy una chica débil que necesite ser protegida. Si ya en mí me llega al trozo (que no tengo) ¿por qué tendría que tener esas cojudas actitudes con el chico choteado? Más cuando la otra persona puede seguir con su vida perfectamente y feliz. Y al escribir esto siento que soy egocéntrica también porque puede ser que sea el otro el que necesite alejarse porque, por el momento, no puede manejar la relación. Un dilema las relaciones, eh?

Videito cedido por Johan Vallejo, mi amigo y cómplice, Alerta Chevelling!!!